LOS
HIJOS DEL ENTERRADOR
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Actualidad
e historia del pop español
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Con
humor negro algo bruto y burdo -lo suyo no fueron nunca las sutilezas ni las
florituras artísticas-, estos briviescanos no engañan a nadie
y muestran fijación por la muerte, la 'casquería' o el horror,
así como obsesión por las drogas, el sexo y el punk rock. Al
fin y al cabo, lo suyo es un punk para pasárselo bien y, si de paso,
permite meter el dedo en el ojo de estúpidos convencionalismos, pues
tanto mejor. Sin olvidar las ácidas críticas, ya que son anticasitodo
(antibelicistas, antieclesiásticos...), y lo políticamente incorrecto
(Vuelve, ¡por poner un ejemplo!). Musicalmente, hay escasa variedad
melódica, pero, ojo, al menos sustentan sus canciones en no perder la
que tienen. Empiezan como cuarteto para enseguida pasar a trío, quedando
solo Roberto Santamaría (voz y guit) e incorporándose Juan Jesús
Sobrino (bajo) y Alfonso García (batería). Se separarían
en los 90, pero en 2008 deciden grabar más temas y volver a tocar. ¡Nada
de que les entierren a ellos! © LCdP 2023 02-06-2023
web
Fragmento
de la emisión con los temas
No
me importa, Desesperación, Hijo del enterrador, Estoy loco, La fiesta
del hospital, Pilotos suicidas y Maniquí
·
En la primera formación estaban Jaime Sagredo, Javier Delgado y Javier
Uzquiza.