Hace
once años, David Burnett dejó su Phoenix natal (EE.UU) y vino a España.
En principio, para pasar tres meses en un pueblo perdido de Granada, pero
el amor se cruzó en su camino en una visita a Madrid y, aunque ya no
esté con aquella chica, decidió quedarse en este país
definitivamente. El castellano le resultó un idioma familiar, ya que
en Arizona hay mucha influencia de la comunidad mexicana, y además,
con 23 años, era una esponja que absorbía todo. Su dominio del
idioma es sorprendente. Ahora, con 35 años y compaginándolo
con las clases que imparte de inglés, edita en febrero con el sello
Son Canciones su primer disco, Picture Palace.
Si tuviera que poner una etiqueta a su música, Burnett cree que como
toca la guitarra acústica y tiene influencias de James Taylor, Paul
Simon o Nick Drake, lo más sencillo sería decir que es una especie
de folk con sensibilidad jazzística y enseñanzas beatlianas
en cuanto a melodías y a dar con un estribillo pegadizo.
·
"Al repasar las letras de mis canciones, que pensé que eran algo
ajenas a mí, descubrí que en realidad están hablando
de mi vida sin que yo me diera cuenta".
·
"Pongo mi empeño en crear música de buena calidad y creo
que la gente es capaz de reconocer cuándo un artista ha trabajado mucho".
· "Lo mío es música auténtica, sin artificio. En la actualidad hay muchos que copian de los años 60 y 70, pero lo mío no es una imitación. He intentado dar un vuelco a mis influencias y crear algo nuevo, aportar algo mío. ".
· "Antes de venir a España conocía el palo flamenco, a Paco de Lucía, que había tocado mucho en Estados Unidos junto con John McLaughlin y Al Di Meola. Pero nada más llegar sonaba Jarabe de Palo y a mí me gustó, me pareció interesante. Luego ya indagué más en la música española".
· "Al escuchar el tema Quiero beber hasta perder el control, de Enrique Urquijo y Los Secretos, lo identifico claramente como un tema country. Es como el Gram Parsons español".